Antes del salto tenía ciertos prejuicios con respecto a este tipo de deporte extremo. Pensaba que había que estar un poco loco para hacer este tipo de actividad. Mientras escribo estas líneas recuerdo un fragmento de una frase de Mark Twain: «Viajar es fatal para los prejuicios » y tenía razón. Cuando viajé a Queenstown, al sur de Nueva Zelanda fue el mismo viaje que despertó en mí el deseo de llevar a cabo este tipo de experiencia y el prejuicio se esfumó.
Bungee Jumping
Es una actividad que consiste en que la persona se lanza al vacío desde un puente u otra plataforma, donde el tobillo debe estar sujeto a una cuerda elástica para amortiguar la caída y rebotar. Queenstown es considerada la capital del turismo aventura en Nueva Zelanda y fue la ciudad que tuvo el primer bungee jumping del mundo, en lo que refiere a lo comercial.
Además, del puenting o en español puentismo, el salto se lleva a cabo desde una cabina que se encuentra a 134 metros de altura, suspendida en el aire, atado a unos cables de acero y rodeado del majestuoso valle Nevis y el río homónimo.

La empresa que realiza esta actividad se llama: A. J. Hackett Bungy. Me brindó confianza desde el momento que ingresé: el personal, los equipos, el material, la tecnología, el instructor. En esos momentos pensé, ahora o nunca.
Los miedos eran muchos, pero las ganas vencieron la batalla. El salto al vacío es similar a un acto de Fe, debes confiar sin reservas, en alguien que no conoces. A continuación les comparto mi experiencia.